En el caso de que el problema se haga crónico, la consistencia del líquido que se acumula en la mucosa del oído medio por el aumento de la secreción de moco de las glándulas se oscurece paulatinamente, lo que da lugar a la acumulación de líquido en los tejidos por la presión negativa en la cavidad del oído medio. Al mismo tiempo, tirar del tímpano hacia el oído medio debido a la presión negativa puede hacer que la membrana se colapse y que se adhiera a los huesecillos auditivos del oído medio y la base del oído medio durante un período prolongado.
Es necesario intervenir oportunamente en tales complicaciones y realizar el tratamiento médico necesario. De lo contrario, puede causar pérdida auditiva permanente o infecciones graves del oído medio. Estos aspectos negativos tienen un impacto negativo en el habla y el desarrollo mental, especialmente en niños en edad de desarrollo.
A pesar del tratamiento médico necesario, no se observa presión negativa en el oído medio y desarrollo positivo de acumulación de líquido en pacientes que deben hacer un orificio de 2 mm en el tímpano para evitar la presión de aire negativa en el oído medio para asegurar que el aire salga del oído. ambiente externo. Estos orificios, que se abren quirúrgicamente con un microscopio, generalmente sanan y cierran dentro de los 7 a 10 días, y el problema reaparece cuando este tiempo no es suficiente para corregir la enfermedad en la mucosa que recubre las células de aire en el oído común y el oído. hueso.
Especialmente en la acumulación crónica de líquido en el oído medio que dura más de 3 meses, y en los casos en que la consistencia del líquido acumulado es oscura, es necesario asegurar la recuperación introduciendo un tubo de ventilación (tubo de ventilación) en el orificio que se abre en la membrana. Después de este procedimiento, se puede corregir el colapso del diafragma y la pérdida de audición vuelve rápidamente a la normalidad. Si es necesario, en paralelo con esta operación, la eliminación de la carne nasal y las amígdalas tiene un efecto positivo en el éxito a largo plazo del tratamiento. La aplicación de un tubo de ventilación al tímpano se realiza en niños bajo anestesia general en unos 30 minutos. Un tubo de ventilación generalmente permanece en el tímpano de 6 a 12 meses o se cae solo o lo recoge un médico.
La mayoría de los pacientes suelen recuperarse por completo con estos tratamientos, aunque en casos raros pueden ser necesarias aplicaciones repetidas de tubos o la administración permanente de tubos. Deben evaluarse las funciones del sistema alérgico e inmunológico, especialmente en niños con otitis serosa recurrente.
Se debe evitar que los niños con un tubo insertado en el tímpano, especialmente en piscinas y mientras se bañan, entren en el oído medio cerrando el conducto auditivo externo con vaselina o un tapón auditivo adecuado. La enfermedad se puede controlar fácilmente con los antibióticos apropiados administrados en caso de infección y secreción causada por fugas de agua.